DIARIOS DE UN DOMADOR DE IA

Curiosamente si el ChatGPT tiende a dar respuestas únicas como si fueran las naturales (y equivocándose mucho) sin dar las fuentes, sin dejarnos abiertas opciones, la inteligencia artificial generativa de imágenes puede ser una verdadera oda al surrealismo, a la alucinación, a lo improbable aún cuando lo improbable le cueste.

Se supone que no puede inventar nada nuevo: su repertorio es lo que ya está en imágenes. Echa mano de una creatividad colectiva y recombina sin entender lo que recombina, crea un lenguaje infinito de imágenes que no necesita sentido. ¿Sueñan las inteligencias artificiales con ovejas eléctricas?